Introducción
El hombre necesita espacio suficiente para vivir y realizar sus actividades; por
ello, es indispensable que las mismas se desarrollen en un ambiente donde tenga siempre
suficiente aire puro, no contaminado, para el mantenimiento de su salud. Una persona
adulta pasa 1/3 de su vida en oficinas, ambientes de trabajo cerrados, etc. que
condicionan su salud. Actualmente, la gente pasa el 90% de su tiempo en interiores
y muy poco al aire libre.
Asimismo, es necesario mantener suficientes áreas verdes y cuidar de la vegetación,
ya que contribuyen a la purificación del ambiente, en beneficio del desarrollo normal
de nuestras tareas.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (marzo de 2007)
las tendencias son las siguientes:
- Los edificios consumen más del 40% de toda la energía consumida a nivel
mundial, gran parte de la cual se desperdicia. En 2025, se prevé que los edificios
serán el mayor consumidor individual de energía y emisores de gases de efecto
invernadero en nuestro planeta.
- Existe una tendencia creciente en viviendas y áreas de trabajo de contar
con aire acondicionado, dando lugar a una mayor necesidad de aire puro que
necesita ser calentado o enfriado.
¿A quién no le gustaría respirar una mejor calidad de aire en su lugar de trabajo?.
La mayoría de la gente está respirando aire contaminado en espacios cerrados, y suponen
que el aire acondicionado está proporcionando "aire limpio". Nada está más lejos de la
realidad. Las oficinas en los edificios suelen ser herméticas, sin ventanas que se abren,
y el 75% al 90% del aire viciado existente vuelve a recircular. Edificios diseñados para
proporcionar mejor calidad de aire interior son dependientes del aire exterior, que está
contaminado por emisiones de gases tóxicos, pudiendo ser más contaminante que el aire
industrial, incluso funcionando con sistemas completos de aire acondicionado.
El "cóctel" de aire contaminado del medio ambiente es el "nuevo" aire que respiramos
en el interior de los edificios. El aire interior suele contener más de 300 diferentes
compuestos químicos orgánicos volátiles, que son una parte inherente de la vida cotidiana
moderna. Las emisiones de vehículos motorizados entran a través del sistema de aire
acondicionado y se combinan, por ejemplo, con las emisiones procedentes de elementos
que se hallan dentro de la oficina, "fabricando" el aire que respiramos.
El aire interior de los edificios de los países en desarrollo tiene hasta un 12% más
contaminante que el aire exterior en ciertas áreas. Ese aire se contamina con sustancias
procedentes de las fotocopiadoras, cartuchos de impresoras, productos de limpieza,
cosméticos, moquetas y alfombras, cortinas, insecticidas, pinturas, barnices, pegamentos,
muebles, ropa, aglomerado, gas natural, humo de cigarrillo e incluso del agua de la canilla;
también, se debe tener en cuenta los bioefluentes, que son contaminantes generados por el
cuerpo humano. A ello deben agregarse los microorganismos vivos existentes como
microbios (bacterias, virus, parásitos), ácaros, etc.
Se ha podido demostrar, que esas sustancias tóxicas provocan enfermedades en las personas
que están expuestas a ellas en espacios cerrados. Entre las patologías que pueden manifestarse
están: el asma, nauseas, congestión, pesadez, dolor de cabeza, nerviosismo, enfermedades
crónicas de tipo respiratorias (resfrío, gripe), neurológicas, e incluso hasta cáncer.
Asimismo, es importante lograr un "crecimiento de aire puro" sustentable, en ambientes
interiores cerrados, a fin de reducir el suministro de aire externo generado por los
equipos de ventilación, sin dejar de cumplir estándares de la industria para mantener
un saludable aire interior. Las plantas, como filtros naturales, disminuyen la necesidad
de traer ese aire desde el exterior, ya que ellas mismas lo generan.
También se destaca, que los equipos de aire acondicionado necesitan menos potencia
para calentar o enfriar un ambiente interior, ya que dichas plantas al tener la capacidad
de aumentar la humedad relativa del ambiente, logran en invierno una baja significativa
de la energía que se precisa para calefaccionar; y por ser además reductoras de la
temperatura del aire interior, la energía que se utilice para refrigerar será menor en
verano. Por lo expresado, los costos de energía para la calefacción y/o refrigeración
de una empresa se reducen entre un 15% y 20%.
En resumen, el servicio de saneamiento ambiental ecológico que ofrecemos tiene como
objetivo cuidar la salud de las personas que trabajan y descansan en ámbitos cerrados,
siendo sus ventajas:
- Incrementar la productividad al disminuir la cantidad de personal enfermo por problemas respiratorios, irritación de ojos y piel, etc.
- Aumentar la circulación de aire puro no contaminante en espacios cerrados, posibilitando una mejor calidad de vida
- Acrecentar el efecto psicológico positivo en el personal al contar con espacios verdes en el interior del edificio
- Reducir los costos en energía al disminuir el uso de aparatos de ventilación, calefacción y aire acondicionado
- Ayudar a mantenernos sanos mediante un método natural ecológico, simple y económico
Todo ello se logra mediante la combinación de ciertas variedades de plantas, permitiendo
a través de un saneamiento ambiental ecológico "incrementar nuestro propio aire puro"
para mantenernos sanos y mejorar nuestra calidad de vida. Dichas plantas trabajan para
reducir el impacto del medio ambiente en el interior de los edificios u otros ambientes.
¿Por qué plantas?
Distintas plantas de interior, ubicadas en ciertos y determinados lugares, se han probado
durante 15 años en el Centro Tecnológico Paharpur, Nueva Delhi, India. Se trata de un edificio
de 20 años de antiguedad, de 50.000 m2 de construcción, con más de 1.200 plantas para 300
ocupantes del mismo. Dicho edificio está clasificado por el Gobierno de la India como el
más saludable de Nueva Delhi. En septiembre de 2008 se publicó en la India un estudio
científico por parte del Gobierno, la Junta Central de Control de la Polución y el Instituto
Nacional del Cáncer Chittaranjan, encontrándose que hay una probabilidad de incrementar en
un 42% el oxígeno en la sangre si uno está dentro del edificio durante 10 horas.
Además, en comparación con otros edificios de Nueva Delhi, la incidencia de irritación
de los ojos se redujo en un 52%, los síntomas de problemas respiratorios disminuyeron en
un 34%, los dolores de cabeza en un 24%, la insuficiencia pulmonar en un 10-12% y el asma
en un 9%. Como resultado del menor número de días de personal enfermo, la productividad aumentó.
Asimismo, se realizó otro experimento, sellando todo el aire fresco y escape del edificio
durante 6 semanas, encontrándose que la calidad del aire en el interior del edificio fue
mejor que la del aire libre.
Actualmente, estos conceptos se replican en la construcción del edificio GreenSpaces en
el corazón de Nueva Delhi, con 1,75 millones m2 y 60.000 plantas de interior, cuya inauguración
está prevista para el 2011.
La experiencia demuestra que hay un considerable aumento en la productividad humana
resultante por el uso de estas plantas (mayor del 20%), y una reducción importante en
los costos de energía al inyectar menos aire externo en el edificio (mayor del 15%).
Luego de casi 20 años de estudios, la NASA (Nacional Aeronautics and Space Administration)
de EEUU reveló que las plantas combaten la polución del aire existente en ambientes cerrados.
Según el Dr Wolverton, éstas absorben las sustancias químicas a través de los poros que se
encuentran en la cara inferior de las hojas. Las bacterias que normalmente se encuentran
asociadas con las raíces ayudan a romper la estructura química de los contaminantes, que
luego serán captados por las raíces como nutrientes.
Se necesita un conjunto de plantas de diferentes especies, ya que una sola no es capaz de
procesar todas las sustancias químicas existentes. Dentro de las sustancias analizadas, se
vio que el ecosistema hojas-raíces-suelo puede remover humo, sustancias orgánicas volátiles
y microorganismos patógenos.
Trabajos en plantas de interior demostraron su capacidad de absorber ciertos gases, tales
como: el formaldehído, el tóxico más abundante en el aire de los espacios interiores y cuya
exposición prolongada a baja concentración puede producir cáncer (presente en bolsas de
basura, toallas y pañuelos de papel, aglomerados, paneles y empapelados, melamina, baquelita,
pegamento para alfombras, humo de cigarrillo), el benceno (agente cancerígeno presente en
el cigarrillo, gomas, lubricantes, tinturas, detergentes, insecticidas, plásticos, resinas,
nylon, fibras sintéticas) y el tricloroetileno (existente en adhesivos en aerosol, tintas de
impresión, pinturas, barnices).
Según un informe del año 2002 de la Organización Mundial de la Salud, los contaminantes en
espacios cerrados son responsables de 1,6 millones de muertes cada año, lo que representa
un grave problema de salud.
Hacia 1960 en Alemania, se hizo referencia a que la presencia de plantas en los lugares de
trabajo mejoraba la actitud de los empleados, disminuía el ausentismo y aumentaba la eficiencia
laboral. Trabajos recientes demostraron que la productividad de los participantes aumentaba
hasta en un 12 % por la velocidad de reacción en tareas de computación, disminuyendo
simultáneamente el nivel de estrés y fatiga, debido a la incorporación de plantas al lugar
de trabajo. En un estudio similar, llevado a cabo por la Washington State University de
EEUU, se demostró que las plantas de interior aumentaban la productividad de los empleados
en un 12%, reduciendo su nivel de estrés; adicionalmente, en los ambientes con plantas mejoró
la capacidad de concentración de dichos empleados en la realización de sus tareas.
En la actualidad, existe un acuerdo general dentro de la comunidad científica, que las
plantas mejoran el ambiente interior y son armas útiles en la lucha contra el fenómeno
moderno conocido como "síndrome del edificio enfermo". No ha sido identificada la causa
específica de dicho síndrome, pero se cree que son factores importantes, la mala calidad
del aire, el ruido de fondo excesivo, y el uso inadecuado de la temperatura y el control
de la luz. Debido a que las plantas tienen una gran superficie e intercambio de agua y
gases con su entorno, disponen de una capacidad única para hacer frente a estos problemas ambientales.
Se observa, cada vez en mayor medida, que los países desarrollados tienden a utilizar
plantas en espacios cerrados, ya que no sólo tienen un valor puramente estético, sino
que también son importantes para el edificio y sus ocupantes, al proveer de un ambiente sano,
agradable y tranquilo, donde la gente pueda trabajar o relajarse.
Usos y aplicaciones
En lugares cerrados como oficinas,
bancos, supermercados, se trata de
optimizar el rendimiento del trabajador y que
la sensación de permanencia en dicho lugar
resulte agradable. Las plantas han estado
filtrando y mejorando la calidad del aire,
humidificando el ambiente y refrescándolo,
desde mucho tiempo antes que se
comenzaran a usar los procesos para
mejorar las instalaciones y servicios en las construcciones.
Las características del aire en el interior de una oficina/habitación pueden
alterarse por la presencia de plantas. Ellas disminuyen los niveles de dióxido de
carbono, existiendo algunas especies que reducen las concentraciones durante el
día y otras lo hacen de noche. También, incrementan la humedad relativa ambiente
mejorando el confort de las personas, particularmente en ambientes climatizados.
Todos estos efectos y los que quedan por descubrir, contribuyen a mejorar la
calidad de vida.
La transpiración de las plantas aumenta la humedad ambiental y por lo tanto,
la estática disminuye. La fotosíntesis, aumenta el nivel de oxígeno y disminuye el
de dióxido de carbono; combinando ciertos tipos de plantas se ha logrado controlar
esos niveles en un ambiente cerrado. El polvo en una oficina/habitación puede
contener microorganismos y otras sustancias alérgicas, que afectan la salud de las
personas, habiendo sido demostrado que la presencia de plantas de hoja en el
interior, disminuye la cantidad de polvo ambiental en casi un 20 %.
Las plantas, además, alteran la acústica de una habitación; su influencia es
más notoria con altas frecuencias, a las que pertenecen muchos sonidos molestos,
y su efecto es más detectable en lugares cerrados con paredes o pisos de
superficies duras.
Asimismo, la interacción con plantas, tanto pasiva como activamente, puede
cambiar la actitud humana, el comportamiento y sus respuestas psicológicas,
demostrándose en estudios realizados con oficinistas, que el estrés disminuye en
aquellas personas cuyas oficinas tienen vistas hacia las plantas. Otros estudios
recientes corroborarían esta influencia, ya que el grupo de personas analizadas,
afirmaron estar más atentas en sus tareas en presencia de plantas y reportaron
además, un nivel bajo de emociones negativas, incluidos el enojo y el miedo.
Las plantas de interior pueden mejorar el bienestar y la
salud de los ocupantes, ya sea en una oficina o en la
habitación de un hogar u hotel. La mayoría de la gente
reconoce que es positivo tener plantas en su lugar de trabajo
o estar, son bonitas, es un ser vivo que se protege, se cuida
y se ve crecer. Estas influyen en la percepción humana, al
menos desde el punto de vista de la belleza y la estética. Al
estar en relación con las plantas, existe una menor tendencia
a enfermarse. Desde el punto de vista económico, esto
resulta favorable, ya que aumenta la efectividad laboral no sólo por disminución de
enfermedades, sino por una mejora en la sensación de bienestar.